CHARO LÓPEZ
y su Sanglas 400-T de 1972
ilustración digital vectorial
Charo López y su Sanglas 400-T de 1972, es un trabajo personal de ilustración. Forma parte de una colección de creaciones gráficas agrupadas bajo el título Amazon et Machina.
La Amazona
Relataba Manuel Vicent que callaban en la taberna…
los parroquianos de terraza y soberano; cuando la joven estudiante de Filosofía y Letras —ahora la facultad, ahora los ensayos del Teatro Universitario— taconeaba la melena oscura y esa singular belleza castellana, bajo los soportales de la plaza mayor de Salamanca. De esa Salamanca —escribió Umbral— de tedio y plateresco. Que María del Rosario López Piñuelas, la hermosa alumna de clásicas cosecha del 43, un buen día se marchó a Madrid, se licenció en La Complutense y se abanderó en los tercios del cine. No se sabe si aburrida del tedio provinciano, cansada de los parroquianos o hastiada de tanto plateresco…
Ese plateresco con su profusión de ornamentos y rosario de componentes decorativos… Y ese cine español de los 70, profuso en estrellas domésticas. Rosario de típicas comedias pequeñoburguesas de corte local, con mucho muslo y tapetes de ganchillo… Cine sin espacio para una generación nueva de actrices que reclaman otro tipo de papeles y menos aún; para la, entonces, musa de la progresía del país…
Tuvo que ser la televisión, en la época dorada de la televisión de este país, la que convertiría a esta belleza castellana —casi a los 40 años de edad y con mucho pico y pala a la espalda— en un mito del imaginario colectivo nacional. Para la historia quedará su papel como Clara Aldán en la serie “Los gozos y las sombras”. Toda una carrera de fondo, que continúa hoy, con un impresionante historial.
Pero si averiguan por ahí, si picotean un poco de aquí y de allá, comprobarán porque la llamaban la Ava Gardner española —La mujer más guapa de este país—, glosó Umbral. Sabrán también de su voz; voz de penumbra y bazabrera. De su risa, y nadie ríe como sabe hacerlo ella: con el reflejo sabio y descarado con el que se ordena y desordena su melena nocturna… De esos ojos; metales pesados, brillantes y vividos. O de esa forma de mirar; intensa, con el mohín escéptico y con muchas ganas de vivir… «He vivido intensamente: mucho y bien».
¡En fin! Si algún día averiguan por ahí, si picotean un poco de aquí y de allá: sabrán por qué les hablo de… Charo López.
La maquina
Con el objeto de competir, con las BMW, DKW y Zündapp, como proveedores de vehículos motorizados a los organismos oficiales. Mercado copado hasta entonces por las marcas anteriormente citadas. Dos jóvenes estudiantes de ingeniería, los hermanos Javier y Martín Sanglas, fundan en 1942 esta emblemática marca. Un nombre asociado a motos de calidad y cilindradas relativamente altas para la época. Fabulosos han sido los modelos salidos de la mítica fábrica, pero… Permítanme ir al grano.
De entre los modelos de Sanglas ¿por qué la 400-T? Pues, porque para muchos fue la última auténtica Sanglas, por ser la última que llevaba todos los elementos diseñados por la factoría. Para otros es posiblemente el modelo más bello de la marca —negro, cromo, fileteados blancos— y, aunque su monocilíndrico cuatro tiempos no fue hecho para correr, si lo estaba para realizar kilómetros, y tragar puertos, meseta y llano.
Era robusta y fiable, no en vano, utilizada por la Guardia Civil —en sus distintas versiones y sin la “T” de turismo— durante 30 años. Uno la imagina rodando por carreteras de secarrales de pasto, dehesas de encinas y curvas de jara y pizarra. Porque era muy, muy española, tal vez la más española de la época. Además, para los que tenemos cierta edad y ciertos atavismos en blanco y negro; desde luego nada más español que un Guardia Civil; parado, en pie, junto a su Sanglas.
La máquina Sanglas 400-T
Para muchos fue la última auténtica Sanglas. Era robusta y fiable. Y muy española, tal vez la más española de la época.
Aplicaciones Gama cromática
La impresión en gran formato y sobre cualquier material; permiten llevar la ilustración digital hacia otro ámbito y tamaño alejados de los tradicionales.