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JACQUELINE BISSET

y su Norton Manx M30 500 de 1957

ilustración digital vectorial

Jacqueline Bisset y su Norton Manx M30 500 de 1957, es un trabajo personal de ilustración. Forma parte de una colección de creaciones gráficas agrupadas bajo el título Amazon et Machina.

La Amazona

“La belleza es el equilibrio absoluto” Brancusi

En “La noche americana” Alphonse pregunta a todos si las mujeres son mágicas. Y Alphonse, como Truffaut; creyó que Julie Baker lo era. Sabían que Jacqueline Bisset poseía el destello misterioso que, dicen, es la esencia de las mujeres mágicas. Polanski, Huston, Cuckor, Lester, Donen, Yates…; debían pensar lo mismo. También, que La Bisset posee ese estilo inimitable y cautivador de la mujer que sabe lo que hace y hace lo que mejor sabe.

Mujer de arquitectura maestra y mirada azul, felina y melancólica. Jacqueline Bisset abriga una belleza tan inocente como turbadora y adulta. Capaz de un erotismo inteligente y nada vulgar, resulta refinadamente perfecta. La Bisset es la elegancia sin esfuerzo. Ese inexplicable equilibrio, entre lo mundano y lo inaccesible, que tiene la armonía clásica y atemporal.

Por eso, le ha costado tanto convencer al respetable de que es buena actriz. Es el estigma de ser demasiado bella. Pero ya saben: “ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo”… Y Winifred Jacqueline Franser Bisset, Surrey (Reino Unido, 1944); solo se parece a Jacqueline Bisset. Un mito vivo entre mortales, que fuma despacio en tarde de festivales y prefiere whisky con agua al café que le ofrecen. Ella es como sí misma y solo idéntica a ella misma.

Con más de 50 años de carrera, demostrando una versatilidad majestuosa en todos los ámbitos interpretativos. Lamenta la actriz y productora británica; que el personal la recuerde por aquel subterfugio promocional, con hechuras de camiseta mojada, que hizo Yates para “Abismo”. O por la inaugural, del género de catástrofes, “Aeropuerto”.

Miren, ustedes. Hasta para una camiseta mojada, hay que tener clase. Y en Magaluf no encontraran ninguna. Y sí, es cierto: a los aeropuertos de antes les faltaban catástrofes. Pero a los de ahora: les falta La Bisset.

Hoy, casi retirada, nos regala su estilo y elegancia en contadas ocasiones. Y reclama su derecho a envejecer como le dé la gana sin someterse a las tiranías de un bisturí… «Por favor, no me borren las arrugas, me han costado toda una vida»

¡Sí, señor! Ese equilibrio absoluto llamado Jacqueline Bisset.

La maquina

La Norton Manx irrumpió en el mundo de las carreras de los años 50, aportando soluciones sencillas pero rompedoras. La principal revolución de la Manx fue su chasis. El legendario “Featherbed”; literalmente: colchón de plumas.

Rex McCandless culminaría, en este chasis; el meticuloso trabajo desarrollado, por unos cuantos ingenieros, durante la II Guerra Mundial. Y, con él, marcaría la diferencia en el mundo de la competición y, después, en la moto de calle. El secreto: el equilibrio.

La combinación de dos elementos esenciales: La calculada geometría del bastidor que repartía, de forma equilibrada, el peso del motor y piloto. Y la horquilla telescópica “Roadholder”. Un conjunto que dotaba a la Manx de una mayor estabilidad, y le permitía un paso por curva más veloz. Esta eficacia la llevó a ser la primera monocilíndrica, vencedora de un mundial 500. Y mantuvo a la Norton, durante treinta años, en las parrillas de salida del medio litro.

Su chasis “Featherbed” sigue siendo el preferido para los constructores de “Café Racer”. Lo fue para los Rockers de los 60 y 70 y lo es hoy en día. Por su línea, equilibrio y resistencia a la hora de acoplarle cualquier motor: Si le montas el de una Triumph, obtienes una Tritón. El propulsor de una Vincent, una Norvin. Que le instalas el de una BSA; una Norbsa; que si el de una Harley, pues una Norley.

La Norton Manx es una de las joyas británicas más exitosa de la historia. Una motocicleta con pedigrí que continúa compitiendo en carreras “Road Races”… Una belleza octogenaria que se cotiza cara y sigue en plena forma.

La amazona Jacqueline Bisset

Mujer de arquitectura maestra y mirada azul, felina y melancólica. Ese inexplicable equilibrio, entre lo mundano y lo inaccesible.

La máquina Norton Manx M30 500

La principal revolución de la Manx fue su chasis. El secreto: el equilibrio. Una motocicleta con pedigrí. Una belleza octogenaria en plena forma. 

Aplicaciones Gama cromática

La impresión en gran formato y sobre cualquier material; permiten llevar la ilustración digital hacia otro ámbito y tamaño alejados de los tradicionales.

Gama cromática presente en la ilustración de Jacqueline Bisset.