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MIKI SUGIMOTO

y su Suzuki GT 750 de 1975

ilustración digital vectorial

Miki Sugimoto y su Suzuki GT 750 de 1975, es un trabajo personal de ilustración. Forma parte de una colección de creaciones gráficas agrupadas bajo el título Amazon et Machina.

La Amazona

¡No se alarmen!

Nacida en Kanagawa (Japón) en 1953; Miki Sugimoto comenzó como modelo y presentadora de TV. Debutó en la gran pantalla en la misma película protagonizada por Reiko Ike, que tanto escándalo y controversia originó. Hablamos de “Onsen Mimizu Geisha” (1971), de Norifumi Suzuki. A partir de ese momento, la carrera de las dos actrices, pugnaría por la corona en las producciones más sangrientas, incongruentes, explícitas y psicodélicas del Pinky Violence de los estudios TOEI. Y en los films más bizarros de pandillas Sukeban.

Porque hubo un tiempo en el que el cine fue más salvaje, sucio, incorrecto. Libre de prejuicios morales e ideológicos, más pegado a la calle, independiente y nihilista. Sobre todo en aquella filmografía de Serie B y Z, donde eran más que posibles estas producciones y ese tipo de papeles. Para algunos, géneros de culto. Para otros, subgéneros casposos, cine barato de derribo y sesión doble. En definitiva: Cine de explotación que, de una forma u otra, no les dejará indiferentes. Y del que, en su amplio abanico de temáticas; ustedes han visto, sin identificarlos, más de un ejemplo.

Es “Zero Woman: Red Handcuffs” (Yukio Noda, 1974); una de las películas más iconográficas del Pinky Violence de TOEI. Una cinta violenta y sórdida y, a veces, algo indigesta. Pero con una cuidada y colorista concepción visual. Un auténtico producto de explotación japonesa, donde nadie sale bien parado. Una muestra del lado más salvaje del país. Y en ese contexto, Miki Sugimoto compone uno de sus mejores papeles: La oficial de policía Rei; la agente Zero.

La Sugimoto es como una charca de agua turbia; parece profunda donde no lo es y simula no serlo donde es profunda. Y desde un cuerpo armonioso, una belleza de aspecto delicado; compone personajes duros, fuertes. Los suyos tienen querencia a la navaja y al fusco. Son desafiantes, y sucios en la pelea, porque no hay nobleza si no existe esperanza. Y amorales, allí donde la moral es un concepto forastero. No siente dolor y es atroz porque todos son brutales. No dará rodeos el alacrán, el final acontecerá violento y placentero… la venganza: Cruel.

En 1978, Sugimoto abandonó la industria cinematográfica y regresó a la moda. Dicen que se mudó a Milán y que concluyó sus estudios. Que contrajo matrimonio, al parecer, con un antiguo compañero de clase y tuvo un hijo…

Y ¿Saben una cosa? No se lo van a creer. Desde entonces hasta el día de hoy: la bella, peligrosa y pendenciera tigresa; ejerce como profesora de guardería ¡No se alarmen! Es bueno. Así, los nenes aprenderán que… debajo de cada piedra puede haber un escorpión.

La maquina

La era de las Superbikes había comenzado. A principios de los años 70, los principales fabricantes japoneses estaban en guerra. Y aunque la Suzuki GT 750 fue un gran éxito, tuvo algunos problemas para posicionarse en el mercado. Atrapada entre el carisma de Honda y la ferocidad atlética de Kawasaki, Suzuki decidió seguir su propio camino.

Si la tendencia de las marcas japonesas era ofrecer deportivas tetracilíndricas de cuatro tiempos, Suzuki desarrollaría la GT 750. Una innovadora motocicleta tricilíndrica de dos tiempos. Y ¿Cómo? Añadiendo al bicilíndrico de dos tiempos de la Suzuki T500, otro cilindro; y refrigerando por agua el motor resultante de 3 cilindros en línea.

La idea era, no competir en el mercado con una motocicleta de calle con prestaciones deportivas. Si no producir una máquina para largas distancias por carretera; una Gran Turismo. Y ¿por qué innovadora? Porque fue la primera moto japonesa que utilizó un sistema de refrigeración líquida, en un motor de dos tiempos. Un sistema de reciclaje de gases (SRIS) que, en parte, se reintroducía en la combustión; y reducía el ruido del impulsor y la emisión de humos. Y porque fue la primera que acabaría instalando un freno delantero de doble disco.

Presentada en el Salón del Automóvil de Tokio, en 1971. La Suzuki GT 750 era robusta, silenciosa, rápida y potente. Cómoda y fiable para largos viajes y con menor consumo de gasolina y lubricante. El modelo del 75, marchaba excelente, era muy manejable y se detenía mejor que los anteriores. Lo que sí tenía en común con aquellos era la suavidad del motor y el confort a alta velocidad. Un propulsor que mostraba un fuerte temperamento, si se le daba la oportunidad de enseñar lo que podía hacer.

Suzuki vendió más de 70.000 unidades a lo largo de su ciclo de producción, entre los años 71 y 77. Y los coleccionistas se afanan por adquirir alguno de los ejemplares supervivientes. Adoran esta máquina por su singularidad y sus impecables maneras en carretera. Es la motocicleta de dos tiempos más refinada y, a la vez, más impresionante de la historia.

La amazona Miki Sugimoto

La Sugimoto es como una charca de agua turbia; parece profunda donde no lo es y simula no serlo donde es profunda.

La máquina Suzuki GT 750

La Suzuki GT 750 era robusta, silenciosa, rápida y potente. Cómoda y fiable para largos viajes y con menor consumo de gasolina y lubricante. 

Aplicaciones Gama cromática

La impresión en gran formato y sobre cualquier material; permiten llevar la ilustración digital hacia otro ámbito y tamaño alejados de los tradicionales.

Miki Sugimoto y su Suzuki GT. Gama cromática presente en las ilustraciones.