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REIKO OSHIDA

y su Yamaha XS 650 de 1972

ilustración digital vectorial

Reiko Oshida y su Yamaha XS 650 de 1972, es un trabajo personal de ilustración. Forma parte de una colección de creaciones gráficas agrupadas bajo el título Amazon et Machina.

La Amazona

Reiko Oshida vino al mundo en Kioto…

… en 1948. Y al cine llegó tras ganar un concurso en Chicago, en 1966. El certamen en cuestión era el “International Teen Princess”. Y su primer papel fue para los estudios DAIEI. Tras varias películas, por las que obtuvo cierta fama, firmó con la productora TOEI.

Los filmes de Reiko para la TOEI, siguen la línea de las cintas Sukeban. Un estilo que los estudios Nikkatsu originaron con la serie “Stray Cat Rock”, protagonizada por Meiko Kaji. En el ciclo “Delinquent Girl Boss”, Oshida recrea el personaje de Rika Kageyama. Y con él, se anticipa a las estrellas del género: Reiko Ike y Miki Sugimoto…

Es cierto que carecía del carisma de aquellas. Pero la bella Reiko Oshida era sexi, dulce y, con diferencia, mucho más entrañable. Una estrella J-pop, rebosante de energía. Ella personificaba la chica mala, pero buena; ajena a la crueldad que uno espera, de la jefa de una banda de quinquis. De todas las icónicas actrices del Pinky Violence, era la más pizpireta y recatada; y la única que continúa en el oficio. Podríamos considerarla una precursora, en los inicios del género. Sus producciones carecen del sadismo alucinado y la sexualización. Las señas de identidad del maestro del producto, Norifumi Suzuki. Las suyas derivan hacia una acción rebosante de música, psicodelia y colorido “setentero”.

Siendo conocedores de todo eso. Si algún día se aproximan a sus films. En uno de ellos, no les sorprenderá: Ver a Reiko Oshida protagonizando la que es, con toda probabilidad; una de las secuencias más alucinada, extravagante, exagerada y loca de todas las películas Sukeban. Un enfrentamiento final de un desvarío tan colosal, naíf y divertido que hay que verlo para creerlo.

La maquina

La historia de la Yamaha XS650, comienza en Alemania. Allí, Horex —de la que ya hemos hablado—, tras su emblemático SB 35 Regina; lanzó un nuevo bicilíndrico paralelo de 500 cc OHC, llamado Imperator. Horex desaparece en 1960, pero aquel motor había comenzado un largo viaje.

Atravesando océanos; en 1955, llegó hasta una compañía japonesa llamada Hosk. La factoría estudió el diseño, tuvo un momento de epifanía y; desarrollaron un motor, mejorando el proyecto de Horex. En este proceso, Hosk fue adquirida por Showa en 1960. Y Showa, comprada ese mismo año por Yamaha. Que como pasaba por allí, heredó el Horex desarrollado y mejorado por Hosk.

Languideció el motor en el almacén unos años, antes de que Yamaha decidiera montarlo en una moto. En 1968, la compañía de Iwata la puso en producción y nos regaló su primera máquina de cuatro tiempos: la Yamaha XS650.

Un modelo ligero y manejable con uno de los bicilíndrico paralelos más avanzados de la época. Un motor con una soberbia arquitectura, y sin fugas de aceite. Un propulsor de gran cilindrada con el que poder irrumpir en el mercado americano y europeo. Yamaha se enfrentaba, así, a la poderosa industria británica de las dos ruedas. Y pocos pudieron imaginar, el resultado.

Fabricada hasta 1985, la Yamaha XS650, ha sido una de las motocicletas más importante de la historia. Aún hoy, puede adquirirse a precios más que razonables y con repuestos fáciles de conseguir. Es uno de los ejemplares preferidos por los constructores, con los que ha adoptado todas las formas posibles. Rápida y animada, es divertida; pero fiable y fácil de manejar. Una máquina que gruñe como un gato grande y con mucha, mucha personalidad.

La amazona Reiko Oshida

Pero la bella Reiko Oshida era sexi, dulce y, con diferencia, mucho más entrañable. Una estrella J-pop, rebosante de energía.

La máquina Yamaha XS 650

Rápida y animada, es divertida; pero fiable y fácil de manejar. Una máquina que gruñe como un gato grande y con mucha, mucha personalidad.

Aplicaciones Gama cromática

La impresión en gran formato y sobre cualquier material; permiten llevar la ilustración digital hacia otro ámbito y tamaño alejados de los tradicionales.

Reiko Oshida y su Yamaha xs. Gama cromática