ANN MARGRET
y su Crocker V-Twin de 1938
ilustración digital vectorial
Ann Margret y su Crocker V-Twin Small Tank de 1938, es un trabajo personal de ilustración. Forma parte de una colección de creaciones gráficas agrupadas bajo el título Amazon et Machina.
La Amazona
Puro Rock and roll, un lujo llamado...
El problema convino resuelto. Prohibido todo aquello que tuviera motor. Nada de coches y —esto debía quedar claro— nada de motocicletas. Ni para desplazarse al set de rodaje. Nada de nada. O de lo contrario dejarían de estar asegurados… Puede que la gota que colmara el vaso, fuera la última iniciativa de la joven actriz pelirroja. Que no se sabe bien, si sola o en compañía de otros. Consideró una buena idea descender con su Triumph 500: la luctuosa y revirada Mulholland Drive, a las dos de la madrugada y a 193 km/h.
Los directivos de la Paramount no lo estimaron buena idea, no. Hartos de veleidades, motos y —qué cosas— de McQueen, en particular. No estaban dispuestos a tolerar que, ahora, se le sumase a esa pasión desaforada; una pirada adicta a la velocidad. No permitirían un solo retraso más en el rodaje de “El rey del Juego” y, menos aún, un accidente… Pero ¿Y a las dos de la mañana? —Porque apenas hay tráfico—, respondería ella. Con la mirada oblicua y la voz de gatita recatada, que acomodaba al personaje de Melva en la película.
No se dejen engañar. Si solo reparan en su belleza, su mirada, estatura o la impostura de sus maneras y su voz: la juzgarán débil y apocada. Y se equivocan… Es un felino agazapado en unos ojos hipnóticos: Salvaje e indomable. Esta mujer es un yunque para reveses de todo tipo. Una fragua de huesos rotos, conformada por numerosos accidentes laborales —el del 72 casi le cuesta, o la vida o la carrera— y alguno en moto. Además, no era ni rubia ni pelirroja, era morena.
Ni cometan el error de considerarla —como hicieron muchos— un mero objeto ornamental. Al ser muy sensual, enérgica, inquietante y carnal: resultaba más fácil convertirla en una bomba-sexi. No cometan el error porque, con el vehículo apropiado, era más que buena: era espectacular. Sabía ser conmovedora, áspera, delicada o explosiva. Y no lo digo yo. Lo dicen dos nominaciones a los Óscar; diez a los Globos de Oro, de los que obtuvo cinco. Un Emmy, de cinco candidaturas y un Grammy. Supo emplear su belleza, pero no permitió que, solo esta, determinara su talento.
Ha llevado su carrera y ha conducido su vida como quiso. Una forma de ser, estar y pensar; de rebelarse contra todo lo que se esperaba en una chica de los 60. Icono popular en Estados Unidos. La más brillante del Hollywood más rebelde. Mujer con gran sentido del humor, estrella cercana, diferente y alocada: puro rock and roll…
«Nunca he visto mis películas, no tengo tiempo. Prefiero montar en moto».
Y sucede que la relación de esta mujer con las motocicletas viene de lejos. Desde su primera infancia en el norte de Europa. Aunque se trasladara a Estados Unidos en su niñez, en realidad, nació en Suecia un 28 de abril de 1941… un lujo llamado Ann-Margret.
La maquina
El ingeniero Al Crocker tenía una idea fija en la cabeza. Fabricar unas motocicletas capaces de superar, en prestaciones y diseño, a cualquier otra marca. Con esa obsesión, en 1932, establece en Los Ángeles: La Crocker Motorcycle Company. Para ayudarle en tan ambicioso empeño, cuenta con el diseñador, inventor y piloto de motos Paul Bigsby. Nombre que reconocerán los músicos que lean estas líneas porque fue el creador del trémolo “Bigsby”, para guitarras eléctricas.
En 1937, lanzaron al mercado una bicilíndrica en V de 60 CV que alcanzaba 110 mph. En ese momento, más rápida y con mejor mecánica que Indian y Harley. Eso sí, un 30 % más cara que la segunda.
Ya hemos hablado aquí de algún que otro tesoro de la historia de la motocicleta. Como la veloz Vincent o la perfecta y lujosa Brough Superior. De lo cotizadas que están hoy en día, al igual que la Crocker. Lo que sucede es que Al y Bigsby lograron la moto de producción más veloz, en 1937: once años antes que Vincent. A diferencia de la Brough Superior que empleaba los mejores y avanzados componentes disponibles del mercado. En la Crocker todas las piezas, incluido el motor; eran artesanales, de diseño y fabricación propia. Aparte de construirse contando con las especificaciones del cliente, lo que las hace únicas entre ellas.
En 1942, en plena guerra mundial; Harley e Indian firmaron contratos como proveedores de motocicletas para el ejército. Asegurándose así, el suministro de los materiales esenciales. Cosa que no logró Crocker. Ante la falta de componentes, la firma se vio obligada a vender la factoría. Pero Al y Bigsby cerraron un contrato para fabricar piezas de aviación con Douglas Aircraft. Una vez acabada la contienda; acaparado el mercado por Harley y constatando que lo de los aviones era mucho más lucrativo: no se regresa a la manufactura de motocicletas.
La mítica compañía que cerró después de diez años de producción. Que fabricó aquellas máquinas excepcionales, únicas, casi artesanales y que no sumarían acabadas más de cien ejemplares. Tiene hoy en día, en sus dos míticos modelos V-Twin (Small Tank y Big Tank), el santo grial de la marca. Se calcula que de estos dos prototipos se elaboraron setenta unidades. Y, se especula, que hoy en día, solo existen catorce. Todas estas peculiaridades hacen que sean perseguidas y deseadas por los coleccionistas. Y que los escasos ejemplares que se subastan, alcancen precios astronómicos.
La máquina Crocker V-Twin
Superaban, en prestaciones y diseño, a cualquier otra marca. Excepcionales, únicas, casi artesanales. Perseguidas y deseadas por los coleccionistas.
Aplicaciones Gama cromática
La impresión en gran formato y sobre cualquier material; permiten llevar la ilustración digital hacia otro ámbito y tamaño alejados de los tradicionales.