CYBILL SHEPHERD
y su Indian Sport Scout 750 de 1939
ilustración digital vectorial
Cybill Shepherd y su Indian Sport Scout 750 de 1939, es un trabajo personal de ilustración. Forma parte de una colección de creaciones gráficas agrupadas bajo el título Amazon et Machina.
La Amazona
“A true Southern Belle”
Cuando a uno le dicen que una belleza sureña viene a ser… Una mujer blanca, educada, de clase alta o media alta que se esperaba casase con un joven respetable. Una dama de la sociedad consagrada a la familia y la comunidad. Dedicada a cultivar la belleza y la hospitalidad sureña y, por supuesto, con una conducta coqueta pero casta… A mí, se me viene a la cabeza: Cybill Shepherd.
No porque naciera en Memphis (Tennessee, 1950). Fuera la mejor atleta femenina del instituto y Miss Adolescente. O Modelo del Año y portada del Vogue, People y Glamour. Ni siquiera por ser una belleza sureña rubia, de imponente armazón, alta estatura y ojos azules… No. Es porque me recuerda a la Scarlett O`Hara que Margaret Mitchell, describe en “Lo que el viento se llevó”: Mujer de fuerte carácter, vanidosa, tenaz, vehemente y poco profesa a las convenciones sociales.
Cybill goza de la seguridad que proporciona una estampa irresistible, el intelecto resuelto y una lengua afilada. Posee un rostro sugestivo que sonríe con aparente disponibilidad; como a la expectativa, o como reservándose un secreto. Y unos ojos, entre cándidos y homicidas, que miran con el aplomo, que otros fingen tras unas gafas de espejo. Sabe parecer impasible, mientras suceden las cosas. Es estoica y puede ser dura.
Es posible que la dureza inherente a la Shepherd, esa frialdad aparente, su médula de acero. Sea lo que le ha perjudicado en Hollywood. Su caída en desgracia fue repentina y exagerada y la prensa no ayudó. Infravalorada y malinterpretada; es un hecho que fue encasillada. Cuando intentó algo distinto: Hollywood la rechazó.
Pero la capacidad que tiene esta belleza sureña de reinventarse, de resurgir, es antológica. Tanto como su incapacidad para mantener la boca cerrada. La Shepherd no es esa clase de mujer que pide permiso para ser ella misma. Aunque ser una misma, a veces, no resulte conveniente. Es ingobernable, habla sin disimulos y es brutalmente honesta.
«Nuestros personajes en “Luz de luna” no estaban demasiado alejados de la realidad. Yo interpretaba a una ex modelo, algo que yo era, y él interpretó a un gilipollas, algo que es…»
Cybill Shepherd ha dejado un par de series memorables donde sabe reírse de ella misma. Y una muestra de su hacer, en algunas películas que conviene ver. Unas, porque deben, antes de morir. Otras, para poder juzgar por sí mismos. Yo reconozco que siento debilidad por esta dama del sur, que genera a su paso adhesiones y desafectos por igual. Que no deja indiferente a nadie con esa capacidad, tan suya, de escandalizar a los más timoratos; en ambos extremos de la moral ideológica. El título de su autobiografía es toda una declaración de intenciones:
“Desobediencia Cybill: Cómo sobreviví a los concursos de belleza, Elvis, el sexo, Bruce Willis, las mentiras, el matrimonio, la maternidad, Hollywood y la necesidad irrefrenable de decir lo que pienso”.
¡Sí, señor! Esta es mi chica… “A true Southern Belle”
La maquina
Indian, con 122 años de historia, atesora una trastienda repleta de “todos y nadas”. La marca fundada por George Hendee y Óscar Hedstrom en Springfield (Massachusetts); posee una capacidad de recuperación extraordinaria. Indian Motorcycle ha sido capaz de sobrevivir a la Gran Depresión, varias bancarrotas y dos guerras mundiales. Aportando motocicletas de fortaleza y fiabilidad acreditada.
Indian sacó su producción al mercado en 1901, dos años antes que Harley-Davidson. Tenía las mejores motocicletas del momento. Era la marca que reinaba en la oferta, las pistas de carreras y los récords de velocidad.
La Scout, sigue siendo uno de los modelos favoritos entre los amantes de la firma americana Indian. Su génesis es consecuencia de la dura competencia con Harley durante los años 20, las motos de calle de la era Powerplus y la maestría del diseñador y piloto Charles B. Franklin.
En 1920, el Scout no era el más potente del mercado, pero su motor V-Twin de 600 cc y su innovadora construcción y diseño; lo convirtieron en el más ágil y con mayor capacidad de respuesta. Tuvo un éxito inmediato en la calle, en las pistas de tierra y en los circuitos de resistencia.
En 1928 Franklin modificó la Scout de forma magistral. Originó la que muchos consideran, mejor motocicleta construida por Indian, en su historia: La 101 Scout 750. Pero el éxito que tuvo esta belleza, entre el usuario de calle y el piloto de carreras, solo duraría cuatro años…
Una nefasta y —parece ser— corrupta gestión corporativa previa a La Gran Depresión. Y la desastrosa situación económica impuesta por el Crack del 29 llevó, al que fuera el mayor fabricante del mundo en 1923, casi a la bancarrota. La empresa fue adquirida por la familia DuPont y en 1931 se decidió reorganizar todo; desde la directiva a la producción… Y cuando entran los contables, salen los diseñadores. Obligada a reducir costes, y como el chasis único de la 101 Scout era caro de producir: la maravillosa 101, desapareció de la línea de producción.
Se determinó que toda la gama de modelos se montarían sobre el robusto esqueleto de la Chief. El resultado fue la Standard Scout de 1932, que disgustó a todos por su mayor tamaño, peso y menor rendimiento. Pero encontró acomodo entre las fuerzas del orden, gracias a su fortaleza, funcionamiento suave y sin vibraciones.
La estrategia económica de Eleuthère Paul du Pont resultó. La compañía salió a flote. Ahora se debía recuperar el trono perdido en la Gran Depresión. Regresar a la esencia, a las formas de la popular 101. Pero con un nuevo y ligero bastidor, horquillas perfeccionadas, culatas de aleación y un carburador Schebler optimizado…
La Sport Scout 750 de 1934. Más potencia, mejor respuesta y mayor manejo. Era justo lo que los entusiastas y corredores habían estado pidiendo a gritos, tras la desaparición de la 101. La victoria en la mítica 200 Millas de Daytona de 1937, lograda por Ed Kretz con una Sport Scout; impulsó las ventas de este modelo.
Pocas motocicletas perduran más allá de unos cuantos años. Son menos aún, aquellas que resurgen desde el pasado, reinician el camino y agrandan su leyenda. La Scout es de estas. Dominó la demanda durante décadas, para luego desaparecer con la Gran Depresión. Regresó reconquistando la plaza, pero la II Guerra Mundial y la quiebra; la enterraron. Fue una moto rápida y maniobrable; poderosa, fiable y de excelente desempeño… Y hoy, un siglo después de su nacimiento, está de vuelta para el siguiente asalto.
La máquina Indian Sport Scout
Pocas motocicletas perduran más allá de unos cuantos años. Son menos aún, aquellas que resurgen desde el pasado y agrandan su leyenda.
Aplicaciones Gama cromática
La impresión en gran formato y sobre cualquier material; permiten llevar la ilustración digital hacia otro ámbito y tamaño alejados de los tradicionales.